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¿Es cierto que el cerebro de los padres se comporta distinto según el género de sus hijos?

Se acerca el Día del Padre y, en muchas reuniones de familia presenciales o virtuales, se contarán anécdotas de crianza. En algunas de estas historias, como es costumbre, se hablará sobre la diferencia en la conducta de los padres cuando crían a una hija o a un hijo. Pero, ¿qué tan cierto es esto? ¿Realmente los padres tienen una forma para relacionarse con sus hijos de acuerdo a su género? La neurociencia tiene mucho para decirnos sobre este tema.

Esta semana, en la mayoría de países de Latinoamérica, se celebra el Día del Padre. Para muchos de nosotros, es motivo de reunión y de regreso a nuestras tradiciones familiares. En algunos hogares, los preparativos empiezan muy temprano por la mañana: todos alistan los ingredientes que constituirán los platos principales del almuerzo. En otros, esperan a que se haga de tarde para asistir a sus restaurantes favoritos. Los regalos, bien sean comprados o hechos por las propias hijas e hijos, acompañan este querido ritual. Pero, para muchos, este año será distinto: quienes tenemos la suerte de pasar la cuarentena en familia, podremos poner en práctica algunas de estas costumbres; sin embargo, quienes están viviendo en diferentes casas optarán por hacer videollamadas, llamadas telefónicas o enviar mensajes de texto. Como gran parte de nuestros planes ha tenido que esperar, la frase que más se oirá en este día posiblemente será: «Cuando pase el coronavirus, haremos un viaje familiar».

Este día también nos hace reflexionar sobre la paternidad. ¿Es realmente distinto a la maternidad? ¿Los padres y las madres se comportan de la misma forma con sus hijos? ¿Existe alguna diferencia? ¿Qué tan cierto es que los padres engríen más a sus hijas y son más rudos con sus hijos? ¿Puede haber alguna manera de responder estas preguntas? Gracias a la neurociencia, ahora sabemos más sobre la maternidad y la paternidad; y es que todo lo observábamos en el comportamiento diario desde la psicología, ahora lo podemos ver en el mismo cerebro. Parece de ciencia ficción, ¿no? Pero, para nuestra fortuna, ahora es parte de nuestra realidad. Veamos una investigación que se publicó en el 2017 en la revista Behavioral Neuroscience sobre cómo se comportan los padres con sus hijas e hijos1. ¿Será realmente distinto?

 

 

Los padres hablan más de las emociones con sus hijas

La investigación encontró que los padres utilizan, en mayor medida, un lenguaje analítico con sus hijas y un lenguaje de logro con sus hijos. ¿Esto qué quiere decir? Mientras que con sus hijas suelen conversar más sobre las emociones, como la tristeza y la ansiedad, con sus hijos el diálogo suele girar en torno al logro, la capacidad para ganar y ser el mejor. Otra gran diferencia fue que la mayoría de padres incorporan palabras alusivas al cuerpo solo con las hijas, como «barriga» o «barriguita» («belly» y «tummy», en inglés).

«Este día también nos hace reflexionar sobre la paternidad. ¿Es realmente distinto a la maternidad? ¿Los padres y las madres se comportan de la misma forma con sus hijos? ¿Existe alguna diferencia? ¿Qué tan cierto es que los padres engríen más a sus hijas y son más rudos con sus hijos? ¿Puede haber alguna manera de responder estas preguntas? «.

¿El juego rudo es juego de hombres?

Otro resultado interesante de la investigación fue que los padres sí empleaban, con más frecuencia, el juego rudo con sus hijos (tumbarse, por ejemplo), mientras que, con sus hijas, silbaban o cantaban.

Dentro del cerebro de un padre

Hasta aquí, hemos hablado de cómo se comportan los padres con sus hijas e hijos. Ahora, iremos un poco más allá y comprenderemos qué pasa en su cerebro. Un dato curioso del análisis fue que los padres responden más a las expresiones faciales de felicidad de sus hijas, debido a que se observa una mayor activación en las áreas del cerebro relacionadas con el procesamiento visual, la regulación emocional, el procesamiento facial y la recompensa, que incluyen la corteza orbitofrontal medial y lateral, y el giro frontal medio izquierdo. En el caso de sus hijos, responden más a las expresiones faciales neutras en el tálamo, la corteza orbitofrontal y el surco temporal inferior.

¿Esto quiere decir que la paternidad está programada genéticamente?

No necesariamente. Aunque aún este tema está en amplia investigación, los científicos sugieren que estas diferencias en el comportamiento de los padres frente a hijas e hijos se podría deber a sesgos y estereotipos culturales, que modifican estructural y funcionalmente el cerebro para que persigan una determinada conducta2,3. En otras palabras, los patrones de la sociedad podrían cambiar cómo se ve y cómo funciona el cerebro.

Referencias

(1) Mascaro, J. S., Rentscher, K. E., Hackett, P. D., Mehl, M. R., & Rilling, J. K. (2017). Child Gender Influences Paternal Behavior, Language, and Brain Function. Behavioral Neuroscience, 131(3), 262-273. doi:10.1037/bne0000199

 

Comments
  • ofelia emi higa 21 junio, 2020 5:51 pm

    muy interesante felicidades por sus aportes

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