La gran flexibilidad cognitiva de nuestros docentes, merece todo nuestro reconocimiento ¡Buena maestros de Latinoamérica!
En estos tiempos de crisis, inquietud e incertidumbre, todos estamos obligados a pasar por un proceso de cambio, unos más que otros; no obstante aquí estamos todos, mirando adelante, reconectando nuestro cerebro para ganarle la batalla a esta pandemia que nos está dejando grandes lecciones.
Como muchos padres he tenido el privilegio de acompañar a mi hijo en una nueva aventura, pues de la nada y sin previo aviso, tuvo que pasar de jornadas de mucha diversión; compartir y jugar con sus amigos en el campus del colegio, a sentarse frente a una pantalla desde las 8:00 am hasta las 3:00 de la tarde, con recesos, pero sin parar su proceso de formación escolar. Al otro lado de la pantalla están ellos, los héroes anónimos de nuestros hijos a quienes observo con mucha admiración ya que gracias a su compromiso con la educación, con mucha paciencia y una gran flexibilidad cognitiva, pasaron de su planificación de clases presenciales, de las actividades grupales y actividades pedagógicas planificadas y pensadas en salas de clases presenciales, a crear y ejecutar actividades pedagógicas virtuales para desarrollarse en una pantalla garantizando que los niños no se aburran y se comprometan en aprender.
«(…) Con las medidas de cuarentena asumidas por muchas naciones, los docentes han tenido que migrar su trabajo diario presencial a plataformas virtuales. ¿Cómo lo han podido lograr?».
Con las medidas de cuarentena asumidas por muchas naciones, los docentes han tenido que migrar su trabajo diario presencial a plataformas virtuales. ¿Cómo lo han podido lograr? Uno de los principales aportes lo hacen las funciones ejecutivas, aquellas capacidades cognitivas top-down —la corteza prefrontal influye en los procesos límbicos— que permiten dirigir nuestro comportamiento hacia una meta (Fiske y Holmbo, 2019). Si bien la memoria de trabajo es importante para mantener la información mientras realizamos nuestras tareas y el control inhibitorio nos ayuda a controlar nuestros impulsos (Otero y Barker, 2014), es la flexibilidad cognitiva la estrella de esta crisis. Debido a que es una habilidad que nos faculta para cambiar de perspectiva, bien sea espacial o interpersonal, los profesores han podido adaptarse a las demandas del entorno y aprovechar las oportunidades (Diamond, 2012). En este caso, la activación y el trabajo de algunas áreas frontales, como la corteza prefrontal lateral y la unión frontal inferior (Brass, Derrfuss, Forstmann y Yves von Cramon, 2005), han logrado que los docentes puedan llevar sus clases de forma digital.
Es genial conocer cómo el cerebro hace uso de todos sus recursos durante épocas de crisis y de qué manera nos ayuda a sobrevivir como especie. El cerebro es nuestro aliado en tiempos de cambios y el de nuestros docentes se está recableando y sin darnos cuenta, están adquiriendo nuevos hábitos que probablemente generarán un cambio en la educación, especialmente porque queda demostrado que nada ni nadie los va a reemplazar. ¡Buena maestros de Latinoamérica!, felicitaciones y gracias por la labor que realizan por nuestros niños y jóvenes en momentos tan complicados.
Referencias
Brass, M., Derrfuss, J., Forstmann, B., & Yves von Cramon, D. (2015). The role of the inferior frontal junction area in cognitive control. Trends in Cognitive Sciences, 9(7), 314-316. Recuperado de https://doi.org/10.1016/j.tics.2005.05.001
Diamond, A. (2012). Executive Functions. Annual Review of Psychology, 64, 135-168. doi:10.1146/annurev-psych-113011-143750
Fiske, A., & Holmboe, K. (2019). Neural substrates of early executive function development. Developmental Review, 52, 42-62. Recuperado de https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0273229718301461
Otero, T. M., & Barker, L. A. (2014). The Frontal Lobes and Executive Functioning. En S. Goldstein & J. A. Naglieri (Eds.), Handbook of Executive Functioning (pp. 29-44). New York: Springer.