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¿Cómo afecta la discriminación al cerebro?

El Día Mundial de la Población nos recuerda que, para lograr una sociedad con bienestar, es imprescindible erradicar la discriminación y reforzar la equidad. Porque, y la neurociencia lo dice, no existe bienestar si continúa el rechazo y la exclusión de determinados grupos y sectores, prácticas que modifican el cerebro y lo transforman en un órgano en constante estado de estrés. En este artículo, abordaremos cómo afecta la discriminación y haremos hincapié en que esta lucha es de todos.

El Día Mundial de la Población, entre sus innumerables temas de abordaje, reconoce a la equidad como una de sus principales metas. Aquel principio rector que dirige a la sociedad hacia un mundo con oportunidades y derechos para todos, sin distinción de raza, religión, estatus social y poder económico, es un objetivo que, como ciudadanos, estamos invitados a compartir y practicar. Cada uno de nosotros, desde nuestro lugar, por más pequeño o grande que este sea, puede hacer la diferencia. De granito en granito se construye un inmenso castillo. Pero, para ello, se necesita gran esfuerzo, dedicación, compromiso y, sobre todo, el plan óptimo que permita este desarrollo.

Actualmente, son muchas las organizaciones, compañías, sociedades y países que trabajan en pro de la equidad. Los términos «inclusión» e «integración» son utilizados en campañas publicitarias o en mensajes presidenciales. Un logro muy importante, a inicios de este siglo, fue la incorporación, a la educación y al mundo laboral, de una población que había estado silenciada por siglos, pero que siente igual que nosotros y que es capaz de llevar a cabo trabajos con entrega y lealtad envidiables (en algunos casos, con habilidades que superan el promedio): me estoy refiriendo, específicamente, a las personas con Asperger, autismo y síndrome de Down. Sin embargo, en muchos lugares, aún siguen siendo víctimas de discriminación. Este y otros grupos continúan estando relegados, lo que no solo contradice la misión de este día, sino que genera consecuencias dolorosas a nivel psicológico y cerebral.

 

 

Para el cerebro, la discriminación es un estresor

La discriminación y el rechazo social, para el cerebro, son grandes estresores, porque, evolutivamente, estamos diseñados para construir grupos sociales y redes de apoyo. Por ello, no debe asombrarnos que esta práctica genere niveles altos de activación en la amígdala, aquella estructura con forma de almendra que forma parte del sistema límbico y que se encarga de reaccionar ante las amenazas del entorno1,2, desencadenando emociones como temor, ansiedad y estrés. Lo curioso de las últimas investigaciones, sin embargo, es que se ha descubierto que la discriminación genera una amígdala estimulada incluso cuando los estímulos nocivos del entorno ya no están ahí1.

En otras palabras, esta práctica es capaz de crear un efecto de hiperactivación en esta estructura, lo que produce un constante estado de ansiedad y angustia. Este patrón cerebral se observa, por ejemplo, en pacientes con niveles altísimos de estrés, depresión, ansiedad y síntomas relacionados al trastorno de estrés postraumático (PTSD)3-5.

«La discriminación y el rechazo social, para el cerebro, son grandes estresores, porque, evolutivamente, estamos diseñados para construir grupos sociales y redes de apoyo».

Por si fuera poco, esta afectación cerebral no es la única: la discriminación también fortalece las conexiones entre la amígdala y la red saliente (salience network), compuesta por la ínsula anterior, el putamen, el núcleo caudado, la corteza cingulada anterior, el giro frontal medial y el tálamo6-9. Esta red neural es la encargada de generar un alto grado de vigilancia (arousal) y de procesamiento de amenazas1,10. ¿Esto qué quiere decir? Pues que la discriminación produce un estado de hipervigilancia y temor permanente. Es como si las personas sometidas a este mal sufrieran un trauma tan grande que su cerebro se transforma en una máquina diseñada para sentir miedo continuo, estar excesivamente alerta y defenderse. No estaríamos exagerando si dijéramos que son las mismas secuelas que se encuentran luego de una guerra o una catástrofe natural.

Una luz al final del túnel

Pero aún existe esperanza. El Día Mundial de la Población así nos lo recuerda. En los últimos años, se viene trabajando para erradicar la discriminación de nuestras sociedades. La década de 2010 así lo demuestra. Sin embargo, en esta labor, hay un pequeño secreto que muchas veces olvidamos: la lucha es de todos. Esto quiere decir que, si cada uno de nosotros aportase firmemente para abandonar viejas prácticas de segregación y exclusión, podríamos lograr un mejor resultado. En nuestras manos está el futuro. En nuestras manos está el bienestar social.

Referencias

(1) Clark, U. S., Miller, E. R., & Hegde, R. R. (2018). Experiences of Discrimination Are Associated With Greater Resting Amygdala Activity and Functional Connectivity. Biological Psychiatry: Cognitive Neuroscience and Neuroimaging, 3(4), 367-378. Recuperado de https://doi.org/10.1016/j.bpsc.2017.11.011

(2) Beraha, E., Eggers, J., Hindi, C., Gutwinski, S, Schlagenhauf, F., Stoy, M., … Bermpohl, f. (2012). Hemispheric asymmetry for affective stimulus processing in healthy subjects–a fMRI study. PLoS One, 7, e46931. Recuperado de https://doi.org/10.1371/journal.pone.0046931

(3) Drevets, W. C., Price, J. L., Bardgett, M. E., Reich, T., Todd, R. D., & Raichle, M. E. (2002). Glucose metabolism in the amygdala in depression: Relationship to diagnostic subtype and plasma cortisol levels. Pharmacology, Biochemistry and Behavior, 71(3), 431-447. doi:10.1016/s0091-3057(01)00687-6.

(4) Yan, X., Brown, A. D., Lazar, M., Cressman, V. L., Henn-Haase, C., Neylan, T. C., … Marmar, C. R. (2013). Spontaneous brain activity in combat related PTSD. Neuroscience Letters, 547, 1-5. doi:10.1016/j.neulet.2013.04.032

(5) Tawakol, A., Ishai, A., Takx, R. A. P., Figueroa, A. L., Ali, A., Kaiser, Y., … Pitman, R. K. (2017). Relation between resting amygdalar activity and cardiovascular events: A longitudinal and cohort study. Lancet, 389(10071), 834-845. doi:10.1016/S0140-6736(16)31714-7

Comments
  • Rosa Maria Tassara 11 julio, 2020 12:28 pm

    Excelente artículo que nos hace tomar conciencia como la discriminación afecta tan profundamente a las personas. Muy válido para nosotros los chilenos que discriminamos a los inmigrantes principalmente por el color de su piel o por el país de donde provienen y lo que es mas grave es la discriminación hacia nuestros pueblos originarios especialmente a los mapuche lo que ha llevado a ocasionar trágicas injusticias y muertes por ésta razón.

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