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El liderazgo y la neurociencia son dos buenos aliados

Para liderar un grupo humano, se necesita inevitablemente de los aportes de la neurociencia.

Veamos por qué.

Liderar siempre fue un elemento inherente en la evolución humana. Los grupos o clanes se reunían por afinidad consanguínea, proximidad geográfica o necesidad y, frecuentemente, surgía un líder con habilidades imprescindibles para mantener la cohesión, el orden y la relación jerárquica. Pero lo más importante que podía brindar ese líder era seguridad: en ese periodo del desarrollo, la competencia por el alimento era primordial. Claro está que este modelo de organización fue heredado de las manadas de animales; por ejemplo, dentro de la familia de mamíferos Felidae (comúnmente conocidos como felinos), también existe un líder que se encarga de la defensa del grupo.

 

Luego de millones de años de evolución, todas las culturas humanas (griega, fenicia, romana, persa, maya, incaica, entre otras) desarrollaron una estructura: cada estamento era dirigido por un líder. Sin embargo, hasta este punto de la historia, todo liderazgo basaba sus principios en el poder, dominio y sumisión. El líder era el ser supremo al que debían respeto, admiración y sometimiento los súbditos. La palabra de este monarca era ley.

Sin embargo, luego de la Segunda Revolución Industrial, el liderazgo fue forjando un nuevo camino. Debido a los cambios en las estructuras sociales, a las nuevas formas de gobierno y a la aparición de nuevas generaciones, la forma de liderar grupos humanos se modificó de forma drástica: el autoritarismo fue derrocado y se abrió paso a la democracia. Este paradigma político impregnó todos los estratos: familia, escuela, universidad, empresa y organizaciones. Aunado a ello, luego de la Segunda Guerra Mundial, las instituciones de todo el mundo se preguntaron cuál es el modelo de liderazgo que favorece a la productividad. Con el auge de la psicología como ciencia de la conducta humana, surgieron diversos marcos explicativos y mediciones de variables que pudiesen mejorar el liderazgo.

 

«Para liderar un grupo humano, se necesita inevitablemente de los aportes de la neurociencia».

 

Pero no es hasta el surgimiento de la neurociencia que todos los enigmas del comportamiento y todos los misterios de la conducta se empiezan a disipar. Si bien con la psicología se comprendía el liderazgo a partir de un marco teórico, ahora la neurociencia puede explicar, de forma palpable y visible, cada acto y cada decisión que toma un ser humano. A partir de las neuroimágenes y los registros de actividad cerebral, se puede observar qué está detrás de cada secuencia de comportamiento, de cada pensamiento y de cada emoción.

Y es que liderar personas se trata de liderar uno de los órganos más importantes del cuerpo humano y el centro de lo que somos: el cerebro. Si conocemos los principios del funcionamiento cerebral, también comprendemos las bases de cada conducta, bien sea un acto, un pensamiento, un deseo, una emoción o una necesidad. Por ello, es de vital importancia estudiar neurociencia.

Autor: Sebastián Velásquez Munayco        Editor: Sebastián Velásquez Munayco

Comments
  • Angela 15 mayo, 2019 1:57 pm

    Diplomados en neurociencias

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