La «dieta» del plástico
Cada año, en octubre, se celebra el Día Mundial de la Alimentación, organizado por la ONU. Sin embargo, a pesar de esta festividad, parece que no se están tomando todas las medidas para evitar el consumo de sustancias nocivas. Por ejemplo, ¿qué sucede con la ingesta de plástico casi invisible? El uso continuo y desregulado del plástico en el mundo ha alcanzado niveles considerables: ahora son una preocupación, no solo para el medio ambiente y los animales, sino para la salud humana. Lo alarmante del asunto es que pasa desapercibido, a pesar de conocer el verdadero peligro que representa por diversos estudios toxicológicos.
El problema del plástico es que no se degrada: se convierte en microestructuras y nanoestructuras que deambulan por el ambiente e ingresan al cuerpo humano por inhalación o ingesta de forma involuntaria (Peng et al., 2019). Es el tamaño diminuto del plástico el que lo hace incontrolable.
Las pequeñas partículas que expulsa este material en el uso cotidiano son dañinas y están presentes en las clásicas bolsas, en los cosméticos o en las ropas sintéticas. El plástico ingresa al cuerpo vía cutánea cuando estos objetos y sustancias se descomponen. Otra fuente desatendida de consumo de microplásticos se encuentra en los animales expuestos a la contaminación de este elemento en el mar (por ejemplo, moluscos y peces), los cuales, finalmente, son parte de nuestra dieta. Las bebidas (aguas embotelladas) y los medicamentos envasados son germen de este componente tóxico. También, si generamos incendios o quemamos materiales plásticos para deshacernos de ellos, estaríamos contribuyendo a contaminar el aire, que luego se inhala. La lista es larga y preocupante,
«El problema del plástico es que no se degrada: se convierte en microestructuras y nanoestructuras que deambulan por el ambiente e ingresan al cuerpo humano por inhalación o ingesta de forma involuntaria (Peng et al., 2019). Es el tamaño diminuto del plástico el que lo hace incontrolable«.
¿Cómo afectan, a la salud, los microplásticos?
En la primera cumbre Plastic Heath Summit de 2019, diversos investigadores informaron del daño que ejercen los plásticos en la salud. Por ejemplo, Fransien van Dijk afirmó que el uso de nylon genera partículas que ingresan a los pulmones y pueden generar reacciones desfavorables. Juliette Legler sostuvo que los microplásticos pueden atravesar, en animales, la placenta e, incluso, el feto. Nienke Vrisekoop concluyó que los diminutos plásticos pueden originar respuestas inmunes. Si estas investigaciones continúan y confirman estos efectos, estaríamos ante un factor causal de enfermedades relacionadas al plástico (ver más en plastichealthcoalition.org).
Si bien aún no existen pruebas que confirmen que los microplásticos pueden ingresar a la barrera hematoencefálica y al cerebro, las investigaciones muestran sus efectos en las hormonas (Denoncourt et al., 2015). Por ejemplo, las sustancias ignífugas, derivadas de los plásticos, causan problemas tan alarmantes como cáncer y efectos negativos en el desarrollo del feto, en las funciones neurológicas, en el sistema inmunitario y en el sistema endocrino (ver más en https://www.niehs.nih.gov/health/index.cfm).
Sabemos que hay plástico en los alimentos que comemos, pero, ¿podremos hacer una dieta libre de plástico? Al parecer, sí (ver más en plastichealthcoalition.org).
Referencias
Mathieu-Denoncourt, J., Wallace, S. J., Solla, S. R. D., & Langlois, V. S. (2015). Plasticizer endocrine disruption: highlighting developmental and reproductive effects in mammals and non-mammalian aquatic species. General and Comparative Endocrinology, 219, 74-88. Recuperado de https:// doi.org/10.1016/j.ygcen.2014.11.003. doi:10.1016/j.ygcen.2014.11.003.
Peng, L., Fu, D., Qi, H., Lan, C. Q., Yu, H., & Ge, C. (2019). Micro- and nano-plastics in marine environment: Source, distribution and threats – A review. Science of The Total Environment, 698, 134254. doi:10.1016/j.scitotenv.2019.134254