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¿Quieres conocer los 5 Tips para entrenar tu Flexibilidad Cognitiva?

¿Alguna vez ha presenciado una situación donde observa que una persona no puede dejar de discutir sobre un tema porque siempre busca imponer su punto de vista? O tal vez le ha sucedido que cuando se relaciona con sus amigos, ¿le cuesta aceptar algún cambio que no estaba planeado? Quizá también le resulte familiar las siguientes expresiones: “me sacan de mis casillas”, “yo tengo la razón”, “no me cambien los planes”, “no sé como hacerlo de otra manera”, entre otras. Si se ha sentido aludido con alguna de las situaciones o expresiones mencionadas es muy natural que ocurra esporádicamente; si lo ha experimentado muy poco, es bueno saber que está desarrollando una capacidad muy importante de las funciones ejecutivas: la flexibilidad cognitiva.

 

 

¿Qué es la flexibilidad cognitiva? Es la capacidad que permite a la persona alternar rápidamente de una respuesta a otra, respondiendo a las demandas cambiantes de una tarea o situación (Mateo et al., 2007) citado en Rubiales (2012) [1] [2]. Por lo tanto, esta capacidad tiene un componente de adaptación muy importante y muy valioso para nuestro desarrollo personal y profesional, ya que nos permite cambiar nuestras perspectivas, tomar los errores como oportunidades de aprendizaje y generar estrategias de cambio (Rosselli, et al., 2008; Flores Lázaro et al., 2008) [3] [4]. Asimismo, esta capacidad actúa de la mano con otras funciones ejecutivas, tales como los procesos de inhibición y la memoria de trabajo, permitiendo un procesamiento y desarrollo integral de nuestras capacidades [5].

García Coni y Vivas (2007) desarrollaron un experimento con niños de 6 y 7 años donde les pidieron que reconozcan las similitudes y diferencias de algunas figuras geométricas. Esto causó mucha dificultad en los niños, ya que no podían coordinar los diferentes elementos en su totalidad [6]. Marchesi (1984) explicó que los niños menores de 7 y 8 años atienden a un solo aspecto de la realidad, lo cual conduce a un pensamiento rígido que Piaget e Inhelder (1971) denominaron centración [7] [8]. Claramente, los niños a esa edad se encuentran en un proceso de desarrollo cognitivo, puesto a que la poca flexibilidad cognitiva se manifiesta con mayor evidencia [9]. No obstante, en los adolescentes y adultos también se encuentra presente con mayor fuerza en su interacción con el ambiente.

«¿Qué es la flexibilidad cognitiva? Es la capacidad que permite a la persona alternar rápidamente de una respuesta a otra, respondiendo a las demandas cambiantes de una tarea o situación».

Volviendo a las situaciones y expresiones mencionadas al inicio de este artículo, podríamos entender que los problemas que pueden surgir al no entrenar nuestra flexibilidad cognitiva afectan tanto a niños, adolescentes y adultos, ya que están sujetos a la poca habilidad para internalizar o externalizar nuestros pensamientos en relación a nuestra conducta y emociones,  Por lo tanto, nos genera una producción repetida de una acción o pensamiento, debido a la rigidez y falta de flexibilidad en nuestro proceso de interactuar con el mundo [10] [11] [12]. Un nivel muy bajo de flexibilidad cognitiva puede llegar a ser patológico y se puede encontrar en las personas con trastornos por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), trastornos obsesivos-compulsivos (TOC), esquizofrenia, trastornos del espectro autista, trastornos de alimentación (anorexia nerviosa y bulimia nerviosa), personas con adicciones, entre otros.

En consecuencia, la flexibilidad cognitiva debe ser un aliado esencial para todas nuestras etapas de desarrollo. ¿Cómo podemos entrenarla en un mundo tan acelerado? A continuación, se les presenta una lista de tips para comenzar rápidamente a ejercitar esta importante función:

  1. Sé contemplativo: Ser contemplativos nos permite admirar y ser curiosos, por lo tanto, amplía tus sentidos para ampliar los esquemas cognitivos, procura analizar cada elemento en tu camino como si no lo hubieras observado antes, permite que tu imaginación no tenga límites con respecto a lo que observas y libera tu creatividad.
  1. Sé rebelde: la mayoría de las cosas que utilizamos se han descubierto para que el ser humano tenga los medios adecuados para sobrevivir. No obstante, muchas de ellas nos han “encarcelado”, generando que acostumbremos a nuestro cerebro con lo ordinario. ¡Rompamos con lo común! Al levantarte, intenta cepillarte los dientes o escribir con la mano contraria, busca resolver problemas con distintas soluciones de las que estás acostumbrado, reflexiona sobre el por qué de las normas sociales y de las ideologías, cuestiona y piensa sobre las creencias más estables que compartes, entre otras técnicas.
  1. Sé dinámico: existen muchos programas y ejercicios que nos permiten solucionar problemas de manera entretenida. Estos ejercicios de alguna manera buscan desarrollar la neuroplasticidad cerebral y, de esta manera, la flexibilidad cognitiva se trabaja constantemente al desarrolar diversos atajos cognitivos que no estamos acostumbrados a ejercitar.
  1. Sé empático: en la próxima oportunidad donde discutas algún tema polémico, procura escuchar sin interrumpir a la otra persona, concentrate en observarlo con una mirada calmada y no pienses constantemente en tus ideas o en lo que le tienes que contestar de inmediato. Aunque sus opiniones no sean aceptadas por las tuyas, intenta buscar un mensaje en común que genere la apertura al diálogo y a la aceptación.
  1. Sé perseverante y creativo: para entrenar la flexibilidad cognitiva es muy importante el entrenamiento constante y buscar que nuestra creatividad no tenga límites. Ayuda mucho escribir nuestras metas y propósitos para definir los ejercicios por realizar. Asimismo, se requiere una innovación permanente que nos permita encontrar los ejercicios que más se apliquen a nuestro ritmo de vida y organizarnos para poder observar los cambios positivos que traen consigo estos ejercicios.

En conclusión, conocer y ejercitar más la flexibilidad cognitiva es una apuesta que no tiene pierde, no es fácil, pero es un reto que nos permite mejorar mucho en nuestras actividades diarias. De esta manera, podremos generar cambios muy importantes en nuestra vida que permitan adaptarnos sin problemas, tener un mayor control emocional y ejercitar nuestras funciones ejecutivas logrando mayores destrezas cognitivas. ¡Ánimo, sí se puede!

Referencias:

[1] Mateo, V. y Vilaplana Gramaje A. (2007). Estrategias de identificación del alumno inatento e impulsivo desde el contexto escolar. Quaderns Digitals, 5, 13-28.

[2] Rubiales, J. (2012). Análisis de la flexibilidad cognitiva y la inhibición en niños con TDAH. Facultad de Psicología – Universidad Nacional de Mar de Plata.

[3] Rosselli, M., Jurado, M. B. y Matute, E., (2008). Las funciones ejecutivas a través de la vida. Revista de Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias, 8(1), 23- 46.

[4] Flores Lázaro, J. C., y Ostrosky-Solís, F. (2008). Neuropsicología de Lóbulos Frontales, Funciones Ejecutivas y Conducta Humana. Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias, 8(1), 47-58.

[5] Slachevsky, C. H. A., Perez, J. C., Silva, C. J., Orellana, G. &y Prenafeta, M. (2005). Córtex prefrontal y trastornos del comportamiento: Modelos explicativos y métodos de evaluación. Revista Chilena de neuro-psiquiatría, 43(2),109-121.

[6] García Coni, A. & Vivas, J. (2007). Exploración de la zona de desarrollo próximo. Comparación entre dos técnicas. PSIC – Revista de Psicologia da Vetor Editora, 8, 151–158.

[7] Marchesi, A. (1984). El pensamiento preoperatorio. En J. Palacios, A. Marchesi, & M. Carretero (Comps.), Psicología Evolutiva 2. Desarrollo cognitivo y social del niño (pp. 181-205). Madrid: Alianza.

[8] Piaget, J. & Inhelder, B. (1971). Psicología del niño. Madrid: Morata.

[9] García Coni, A., Canet, L., Andrés, M.L (2010). Desarrollo de la flexibilidad cognitiva y de la memoria de trabajo en niños de 6 a 9 años de edad. Revista Mexicana de Investigación en Psicología, 1: s14-s21.

[10] Diamond, A. (1991). Neuropsychological insights into the meaning of object concept development. In S. Carey & R. Gelman (Eds.), The Epigenesis of Mind: Essays on Biology and Cognition (67-110). New Jersey: Lawrence Erlbaum Associates.

[11] Zelazo, P.D., Müller, U., Frye, D., Marcovitch, S., Argitis, G. & Boseovski, J. (2003). The development of executive function in early childhood. Monographs of the Society for Research in Child Development, 68 (3), VII-137.

[12] Lopera Restrepo, F. (2008). Funciones Ejecutivas: Aspectos Clínicos Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias, 8(1), 59-76.

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