¿Neurociencias para la familia?
La neurociencia se ha convertido en tendencia en muchos ambientes académicos (universidades y colegios), comerciales (negocios y marketing) y tecnológicos. Pero, ¿qué pasa en el contexto familiar? ¿Hablar del cerebro en una conversación cotidiana entre padres e hijos puede ser también una realidad?
Pues, en un estudio de Broer, Cunningham-Burley, Deary y Pickersgill (2016) de la University of Edinburgh, se investigó la influencia de las políticas públicas, en base al conocimiento del cerebro, en padres de familia. Se encontró que la neurociencia es vista como la ciencia que evidencia lo que otras no podrían en cuanto a la conducta humana e, incluso, ayuda a los padres a tomar decisiones. Algunos, incluyen el conocimiento del desarrollo cerebral y de la neuroplasticidad para argumentar la «nueva» crianza de sus hijos. Pero, advierten los autores, existe un alto nivel de complejidad al usar estos conocimientos, debido a que no necesariamente son universales: no son aplicables para todos si tenemos en cuenta la diversidad dentro de las familias. Por ejemplo, difieren en cuanto al nivel socioeconómico y educativo.
«¿Hablar del cerebro en una conversación cotidiana entre padres e hijos puede ser también una realidad?»
Sin embargo, los autores plantean que la neurociencia es un aspecto vital que debe sumarse a todos los ámbitos para comprender al ser humano. Es por ello que la neurociencia ha sido trasladada al campo de las políticas públicas, enfocadas en la comunidad y la familia. Para Broer y Pickersgill (2015), la población (de Escocia) considera a las neurociencias como un aporte para la mejora de la vida de los ciudadanos. No obstante, aún se debe desarrollar una comprensión más global para generar un avance en el mundo.
Es así que, como sucedió con la medicina hace 200 años, la neurociencia logrará aplicarse a nuestra vida cotidiana. Con todo, debemos ser cautelosos con las afirmaciones de los neurocientíficos y de las teorías que surjan de ellos (Pickersgill, 2013). Todo se corroborará con el tiempo y la práctica.
Autor: Gabriel Lázaro
Referencias
Broer, T., Cunningham-Burley, S., Deary, I., & Pickersgill, M. (2016). Neuroscience, Policy and Family Life. Recuperado de http://hdl.handle.net/1842/15736
Broer, T., & Pickersgill, M. (2015). (Low) Expectations, Legitimization, and the Contingent Uses of Scientific Knowledge: Engagements with Neuroscience in Scottish Social Policy and Services. Engaging Science, Technology, and Society, 1, 47-66. Recuperado de https://doi.org/10.17351/ests2015.003
Pickersgill, M. (2013). The social life of the brain: Neuroscience in society. Current Sociology, 61(3), 322-340. Recuperado de https://doi.org/10.1177/0011392113476464
Autor: Gabriel Lázaro