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¿Por qué es importante la construcción de nichos en la neurodiversidad?

Vamos a iniciar este artículo con un caso práctico para que el concepto de «construcción de nichos» pueda ser puesto en discusión de forma tangible y no se pierda, de forma platónica, en el mundo de las ideas. Imaginemos la vida de Valeria, una niña de 8 años que cursa el segundo grado de primaria. Valeria, desde que era muy pequeña, tenía un hábito muy particular: sin importar la actividad que estuviese realizando o el número de conversaciones en una habitación, era capaz de mirar fijamente alguna superficie, objeto o pared por varios minutos sin que nada ni nadie la interrumpiese. Cuando salía de su «ensoñación», como llamaron sus padres a esta práctica, seguía con su vida con toda normalidad. No fue sino hasta los 4 años que sus padres descubrieron la verdadera importancia de esta costumbre: mientras Valeria se desconectaba del mundo externo, pensaba en distintos temas, algunas veces muy avanzados para su corta edad. Si bien en muchas ocasiones ideaba maneras de incrementar su entretenimiento, como aquella vez que pensó en un modo de traer dinosaurios a la vida mediante modificaciones genéticas de otros animales —era fanática de estos antiguos animales—, otras veces, si se lo proponían, podía ir más allá de su propio placer e idear mecanismos para ayudar a los demás, como el día que «inventó» el prototipo de una impresora 3D para imprimir comida, subvencionada por los gobiernos, para las personas con menos recursos económicos.

Sin embargo, en el último año, los padres de Valeria empezaron a notar ciertos cambios en ella. Todo comenzó con un rechazo paulatino a asistir al colegio y a realizar las tareas, las que esperaba con mucho entusiasmo el año anterior. Luego, siguieron las bajas calificaciones, las anotaciones en la agenda, las reprimendas de la profesora, el desgano, la apatía y la falta de entusiasmo, indicadores que alertaron a la familia. Antes de acudir a un especialista, los padres decidieron conversar con ella y preguntarle qué estaba pasando. Valeria, muy triste, les contó que, en el colegio, la profesora le decía constantemente que era «una niña desatenta y desobediente que no se parecía a sus demás compañeros» —cuando esto último se dice de forma peyorativa, la diversidad puede sentirse como algo negativo—. Los padres, al oír eso, decidieron buscar nuevas propuestas educativas y, por suerte, encontraron un colegio cuyo principal enfoque era la educación inclusiva.

 

 

¿Por qué es importante construir nichos?

La construcción de nichos es una de las estrategias que propone Thomas Armstrong para abordar la neurodiversidad. En este sentido, el principal garante científico de este recurso es la neurociencia. De manera resumida, es una herramienta que permite modificar el entorno para adaptarlo las necesidades y capacidades de las personas neurodiversas, pero, de hecho, no es excluyente con los demás —podría funcionar muy bien para cualquier persona— (1). Esto es muy parecido a los «ajustes razonables» que se proponen dentro de la educación inclusiva, es decir, pequeños cambios del ambiente, la infraestructura, el currículo, las técnicas pedagógicas, las oportunidades laborales, etc., para que todas y todos puedan desarrollarse de forma integral y alcanzar su potencial (2).

Lo que sucede es que no se puede pretender que todas las personas, que poseen cerebros tan distintos debido al maderamen epigenético, se desarrollen en un mismo ambiente bajo las mismas condiciones. Eso sería, básicamente, como ambicionar que todas las familias de plantas crezcan en un único modelo de entorno. Y sabemos que eso no pasa en la realidad. Si colocamos orquídeas en espacios oscuros, probablemente mueran, porque están diseñadas genéticamente para responder a lugares iluminados. Lo mismo pasó con Valeria, quien tenía una capacidad extraordinaria para abstraerse y crear nuevas cosas en cualquier momento, pero que fue sometida al mismo molde prefijado y arquetípico de siempre. Si la profesora hubiese tenido en cuenta la construcción de nichos de Armstrong, quizás habría diseñado un esquema de aprendizaje que le permitiese aprender los contenidos curriculares, pero, también, tener tiempo para dejar volar su pensamiento.

Porque de eso se trata la neurodiversidad: de poner los reflectores sobre las múltiples capacidades que construyen y sostienen el mundo.

 

Referencias

1. Armstrong, T. (2011). The Power of Neurodiversity: Unleashing the Advantages of Your Differently Wired Brain. Boston: Da Capo Lifelong Books.

2. Baglieri, S., & Shapiro, A. (2017). Disability Studies and the Inclusive Classroom: Critical Practices for Embracing Diversity in Education (2ª ed.). New York: Routledge.

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