E-books: ¿durmiendo con el enemigo?
Las tendencias digitales llegaron para quedarse. Desde la creación de los primeros ordenadores, diversas compañías han invertido millones de dólares en responder la siguiente pregunta: ¿cómo incrementar las ventas de dispositivos electrónicos? Gracias a las investigaciones en este campo, muchos de nosotros podemos decir que nos hemos beneficiado de la expansión de la tecnología. No es raro que estas nuevas herramientas estén tan mimetizadas con nuestro día a día que ni siquiera nos detengamos a reparar sobre su importancia.
Ahora mismo, ustedes están leyendo, a través de una pantalla, un artículo escrito directamente en una laptop y subido a un portal web conocido como blog. Es una apuesta segura decir que utilizamos la tecnología a todas horas sin darnos cuenta. Leemos y procesamos grandes cantidades de información todo el tiempo en redes sociales o en páginas de internet: ¡los memes son las nuevas columnas de opinión! Pero, ¿nos hemos detenido a pensar cómo afectan estos artefactos digitales nuestra capacidad para leer? ¿De qué manera leer un e-book impacta en nuestra comprensión de lectura? ¿Es mejor leer un libro físico que un libro electrónico?
«Ahora mismo, ustedes están leyendo, a través de una pantalla, un artículo escrito directamente en una laptop y subido a un portal web conocido como blog»
Se ha publicado un cuerpo importante de investigaciones sobre las consecuencias del e-book en la comprensión de lectura. Sin embargo, los resultados son tan opuestos que no se logra cuórum. De todas formas, si evaluamos con lupa y afinamos nuestro ojo crítico, podremos notar que un porcentaje mayor de estudios afirman que leer en e-books empeora la comprensión. Una investigación llevada a cabo por Macedo-Rouet, Rouet, Epstein y Fayard (2003) con 47 estudiantes universitarios demostró que los lectores de e-books presentan una menor comprensión que los lectores de libros físicos (p-books); no obstante, esta diferencia era mínima. Jeong (2012), por su parte, sí obtuvo una diferencia significativa.
Lo curioso, para los investigadores, fue que la comprensión disminuía ante las preguntas sobre documentos complementarios que no estaban a la vista en la pantalla, pero que debían seleccionarse mediante un menú. Otra posible explicación para estos resultados radica en la forma de utilizar esta tecnología: los usuarios requieren de tiempo para ir de página en página, usar la barra de desplazamiento y dar clic con el mouse. Kang, Wang y Lin (2009) agregan que la eficiencia de lectura sí es mayor en lectores de libros físicos.
De hecho, Mayes, Sims y Koonce (2001) encontraron que la lectura en libros físicos es más rápida. Además, Carusi (2006) sostiene que la concentración en lectores de e-books se vuelve dispersa por la cantidad de estímulos y las características del dispositivo.
Si bien existen estudios que demuestran resultados contradictorios, la mayoría concuerda en que los e-books empeoran la comprensión de lectura. Pese a ello, todas las investigaciones indican que las posibles causas residen en las características actuales de esta herramienta. Sin embargo, si las compañías de tecnología invirtiesen en desarrollar un producto digital idéntico al libro físico, con las mismas propiedades, quizá estaríamos frente a la extinción del p-book y al surgimiento indiscutible de un nuevo campeón: el e-book.
Referencias
Carusi, A. (2006). Textual practitioners: a comparison of hypertext theory and phenomenology of reading. Arts and Humanities in Higher Education, 5(2), 163-180. Recuperado de https://doi.org/10.1177/1474022206063652
Jeong, H. (2012). A comparison of the influence of electronic books and paper books on reading comprehension, eye fatigue, and perception. The Electronic Library, 30(3), 390-408. doi:10.1108/02640471211241663
Kang, Y., Wang, M. J., & Lin, R. (2009). Usability evaluation of e-books. Displays, 30(2), 49-52. doi:10.1016/j.displa.2008.12.002
Macedo-Rouet, M., Rouet, J. F., Epstein, I., & Fayard, P. (2003). Effects of online reading on popular science comprehension. Science Communication, 25(2), 99-128. Recuperado de https://doi.org/10.1177/1075547003259209
Mayes, D. K., Sims, V. K., & Koonce, J. M. (2001). Comprehension and workload differences for VDT and paper-based Reading. International Journal of Industrial Ergonomics, 28(6), 367-378.
Autor: Sebastián Velásquez